Lo reconozco. Descargo libros electrónicos gratis de internet. Me encanta la lectura y los libros-e abren un inmenso panorama repleto de posibilidades. Los que creemos en la cultura libre somos tildados por los chupópteros y apesebrados oficiales de ser ”piratas”, “ladrones”, “delincuentes” y hasta “terroristas”. Flipas. Yo no tengo un parche en el ojo ni tampoco una pata de palo pero si quieren llamarme pirata… Pues vale. Está bien, soy un pirata ¿y qué? Leer no es ningún delito.
Es una barbaridad que se pretenda cobrar 15 ó 20 euros por un libro-e. Algunos libros digitales se están vendiendo sólo un 10% más barato que su homónimo en papel. Eso es un atraco a mano armada ya que un PDF (o cualquier otro formato alternativo) carece de gastos de impresión y distribución y los costes de la maquetación son casi inexistentes. Los editores están ciegos si piensan que harán negocio porque la gente tampoco es tonta y antes de dejarse robar, lo descargará gratis.
Es más, yo mismo soy autor y como tal, quizás no debería decir esto porque es como tirar piedras contra mi propio tejado, pero es que aparte de escribir también creo en el comercio justo. Yo animo a la gente a que antes de pagar un precio abusivo por un libro-e se lo descargue gratis de internet. Incluso si son los míos y no gano dinero con ello. Me da igual, porque lo realmente importante para un autor es (o debería) ser leído, no vender más o menos. Eso ya es “vanidad de vanidades”.
Además, un escritor debería sentirse halagado de que pirateen su libro. Primero, porque eso supone que despierta interés entre el público. Y segundo, porque de esta forma puede llegar a una comunidad de lectores mucho mayor. Entonces ¿cuál es el problema? El problema es que los intermediarios no pueden chupar del bote. Por lo demás yo me siento sumamente honrado cuando todos los días llega gente a mi bloc tras haber tecleado en Google “descargar gratis por qué dejé de ser ateo”.
Parece mentira que un escritor tenga que decir esto pero si las editoriales no espabilan se van a pegar una hostia como las discográficas. Por cierto, es curioso que las mismas empresas que se quejan de que pirateas sus discos son las que luego te venden grabadoras de DVD y discos vírgenes para que te copies lo que te venga en gana. Hatajo de hipócritas. Ya vale de criminalizar a los amantes de la cultura: hacerse una copia para uso personal sin ánimo de lucro jamás es un delito.
Los mejores libros de la historia de la humanidad fueron escritos antes de que existieran las grandes editoriales o los derechos de autor. Homero no escribió La Ilíada pensando en hacerse rico. Joanot Martorell no redactó el Tirant lo Blanch pensando en vender más o menos ejemplares. Casualidad o no, las mejores obras fueron escritas en un tiempo donde lo que importaba de verdad era la literatura y no la mercadotecnia y otras absurdas zarandajas de nuestros días.
Hoy el panorama literario se ha convertido en una triste feria de vanidades donde muchas editoriales (casi todas, a decir verdad) se ríen de los autores y no atienden a las necesidades reales de los lectores. Publicistas, maquetadores, distribuidores y una legión de intermediarios han eclipsado a los autores durante demasiado tiempo. Quizás el libro digital pueda venir bien para poner un poco de cordura en todo este desconcierto. Mientras tanto aprovecha; descarga todo lo que puedas y lee.
